La pitahaya o fruta de dragón tiene sus orígenes desde antes de la conquista española en América. Sus propiedades ricas nutricionalmente han hecho que sus cultivos y comercialización crezcan por el mundo. Hoy hablaremos de todo lo que engloba al origen de la fruta del dragón.
¿De dónde es originaria la pitahaya?
Es originaria de Centroamérica, pues crecía en forma silvestre hasta ser descubierta por los españoles. El nombre se debe a un sinónimo de fruta escamosa y actualmente sus cultivos se han extendido incluso por otros continentes. Gracias a sus orígenes en América actualmente sus principales cultivadores son México y Nicaragua.
El nombre de pitahaya proviene del idioma taíno. Sin embargo, es normal que la llamen también pitaya, pitahaya, fruto del dragón (Japón), junco tapatío, fruta roja del edén (Israel) y pitaaya.
Muchos suelen centrar la historia de la pitahaya como un fruto que tuvo su primer origen en Guatemala, sin embargo, no existen muchos datos al respecto. Esta fruta se diferencia del resto debido a que su aspecto es rústico y sus componentes minerales son altos.
Desde luego, es importante resaltar que Israel también tiene grandes extensiones de terreno para el cultivo de la fruta de dragón. Existen varios tipos o variedades del cultivo siendo el más común el koubo.
¿Cuántos tipos de pitahaya existen?
Existen varios tipos, pero las más comunes son la roja y la amarilla debido a su extensión por Colombia, Nicaragua y México. Hay que considerar que otros tipos de pitahaya no documentados no son comestibles y se desconoce sus propiedades.
La pitahaya blanca también es comestible solo que se encuentra en menores cantidades que las otras. En este caso la piel externa de la fruta es rosada y su pulpa desde luego tiene un tono blanco. Dependiendo del tipo de pitahaya pueden llegar a pesar desde unos 100 gramos hasta más de medio kilo (500 gramos).
Características que predominan en la pitahaya a pesar del tiempo
La tierra sufre constantes cambios y por ello muchas frutas han cambiado su sabor u orígenes. Un punto excelente para el fruto del dragón es que ha mantenido sus propiedades por más de 600 años. Su color sin importar la variedad sigue siendo llamativo, su sabor muy dulce y su pulpa muy suave.
También es importante resaltar que el fruto sigue estando lleno de minerales, lo que ha permitido que sus cultivos y usos se dupliquen. Los tallos de las pitahayas impiden que se sostengan a sí mismos, por ello siguen naciendo en el tronco del árbol.
El árbol tiene raíces en el suelo y también de manera aérea para poder sostenerse en el tronco. Las características de crecer con poca agua han permitido que el cultivo sobreviva durante siglos y aún en la actualidad podamos seguir disfrutando de los beneficios y propiedades.
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